jueves, 22 de noviembre de 2012

La película de la discordia - 'Amanecer Parte 2'

Después de tenerla un poco abandonada, quí estamos de nuevo con una de las secciones clave de este blog: ¡La película de la discordia! En ella, cada uno de los tres redactores hace una mini crítica de algún film sobre el que tengamos opiniones distintas. Ahora que se acerca la temporada de premios, vamos a tener la sección bastante más activa, pero de momento, vayamos a la habitual y esperada discordia. El año pasado Amanecer Parte 1 fue una de nuestras mayores controversias, como lo hubieran sido también Crepúsculo, Luna nueva y Eclipse, de haber existido Cinema Lights. Siguiendo la tradición, pues, nuestra discordia hoy es Amanecer Parte 2, el final de esta exitosa saga que ha dado un nuevo significado a lo que conocíamos como "fenómeno fan". En esta última entrega, la nueva vampira Bella (Kristen Stewart) tendrá que enfrentarse a una nueva amenaza de los Vulturis. Para ello contará con la ayuda de su amado Edward (Robert Pattinson), de su mejor amigo Jacob (Taylor Lautner) y de toda la familia Cullen, que vendrá con algunos refuerzos. Sin más dilación, ¡vamos con las críticas!

Ya está, el final ha llegado y la saga Crepúsculo ha finalizado de la manera que tenía que acabar, como presentaba el libro y sin más argumentos. Los errores de esta segunda parte han sido los errores de la primera, porque un libro que no da para dos películas distintas y que se lleva a la gran pantalla en dos entregas tendrá seguro muchos agujeros en la trama. Si la primera apenas presentaba hilo argumental (había una boda, una luna de miel y el nacimiento de una niña) en esta ocurre prácticamente lo mismo, con el único cambio de esa guerra contra los Vulturi. Nos habían engañado con el tráiler y hecho creer que los guionistas se habían tomado libertades respecto al libro, pero finalmente resulta que Meyer se ha impuesto y han dejado las cosas en paz, para tranquilidad de las fans y sin matar a nadie. Personalmente, pienso que este giro de los acontecimientos es acertado, básicamente porque de otra forma no hubiese habido película y se quiera o no sorprende, sea para bien o para mal. 

De la misma forma, las virtudes de la primera y, quizás, de toda la saga, son las virtudes de esta última entrega: acción aceptable, música brillante (se agradece a Carter Burwell la inclusión de los temas de Desplat y Shore en los créditos iniciales, por cierto, muy buenos), amor, pero sobre todo, risa. Esos comentarios de Kellan Lutz, esas miradas y gestos que siempre te sacan una sonrisa de Billy Burke, la ya conocida escena camiseta-fuera de Taylor Lautner, son esas pequeñas cosas las que al final hacen la película entretenida y disfrutable. Porque al fin y al cabo, como ya he recalcado hasta la saciedad, la película responde a lo que es, la adaptación de un libro para adolescentes y no tan adolescentes que disfrutaron con él. No va más allá, no es pretenciosa ni se presenta como cine de calidad, nada a lo que podamos llamar arte, simplemente entretenimiento. ¿Porqué es tan difícil aceptarlo? Si a algunos les gusta ver el fútbol, a otros les gusta hacer deporte, leer, pues a otros les gusta ver películas como esta que, bien, aceptado, no aportarán sabiduría a la humanidad, pero harán pasar un buen rato. Así que vamos a dejarnos de tanto aleccionamiento y dejemos disfrutar, a ver si nos vamos a olvidar. 

Nota: 7

Alejandra Diez

Ingredientes: un libro, muuuuchas reflexiones de la protagonista y, ante todo, poca acción y ninguna batalla. Dilema de Melissa Rosenberg, la guionista de las cinco adaptaciones cinematográficas de la saga: ¿cómo narices se construye una buena narración, con puntos atractivos y un buen clímax con este material? ¿Es posible hacer una película de aventuras y acción "sin" acción y sin una lucha final? Al parecer, no... ¿Solución? Un más que cuestionable engaño, allí por "lo bajinis", que de poco le sirve a la historia, aunque sí al producto cinematográfico. Pero seamos justos con Rosenberg. La culpa aquí, como dije ya el año pasado, la tienen las cabezas pensantes que decidieron hacer dos películas de un libro que, simplemente, no daba para más. Esperemos que el director Bill Condon, cuando en la rueda de prensa en Madrid dijo que con Amanecer Parte 2 había encontrado su Hitchcock interior, no se refiriera precisamente a esta escena, porque de sutil y misterioso McGuffin, no tiene nada. De todos modos, vamos a obviar la comparación en su totalidad, porque es bastante criminal...

Pero vayamos otra vez a una de mis clasificaiones favoritas: 1) entretenimiento cinematográfico y 2) arte, calidad y perfección cinematográfica. Lo mejor es cuando encontramos ambas juntas, como pasaba con la magnífica Skyfall hace unas semanas. Ahora bien, eso no quiere decir que una serie de películas como la saga Crepúsculo no pueda divertir a un determinado público y hacerle pasar un buen rato. ¿Los hace esto más tontos? ¿patéticos? ¿quiere esto decir que después no pueden valorar, apreciar y amar el buen cine? Por supuesto que no, sólo hay que saber lo que se va a ver. Y nadie se merece ser insultado por sus gustos cinematográficos o por pasárselo bien con un film como Amanecer Parte 2. Dicho esto, como producto de entretenimiento que es, la última entrega de la saga vampírica cojea bastante en cuanto al guión y falla en la puesta en escena, no tan aconseguida como, por ejemplo, Luna Nueva, la mejor de las cinco técnicamente hablando. Sin embargo, la muleta del humor y la ironía de algunas escenas y personajes (Lee Pace y Billy Burke, a falta esta vez de Anna Kendrik), endereza la cinta, haciéndola correcta, sobre todo gracias a un Carter Burwell que nos recuerda los maravillosos temas de las pasadas entregas -que bien sienta escuchar a Desplat de nuevo- y a unos títulos de crédito, iniciales y finales, que no están nada mal. Acabemos con una de fría y otra de caliente: uno, la horrorosa caracterización por ordenador de Mackenzie Foy -la niña-; y dos, la maravillosa ÚNICA escena en la que, por primera vez, Lautner se saca la camiseta cuando toca, no sólo por hacer babear al público.

Nota: 6
M. del Mar Gallardo

¿Qué decir cuando encuentras (casi) lo mismo por quinta vez? Frialdad en la historia, trabajo interpretativo  malísimo (hasta ese Michael Sheen sobreactuado que da grima...), diálogos para echar a llorar (véase la primera frase del film, su contexto y su pretensión) y un pésimo trabajo de dirección en que el único objetivo es hacer sobresaltar a las niñas (y no tan niñas desgraciadamente), arrancarles lágrimas y nada más. La historia nos dejó con aquella Bella casada para poder consumar su amor (¡ojo! estamos en el siglo XXI...) y ahora claudica y predica la sumisión a su amado hombre/vampiro y ella se convierte en vampira. Por esta historia acampan niñas, jóvenes y mujeres horas y horas. Por este mensaje lloran y gritan, no duermen leyendo y compran entradas sin IVA y etc. Me preocupa (y mucho) que este mensaje esté presente y cale tan hondo: justificación social por el nivel cultural.

También me preocupa, aunque ya no tanto porque la plaga es demasiado extensa, corrupta y con demasiados intereses, que el cine sea esto. Aquí los cinéfilos nos resignamos y pasamos de ello y escuchad si tenéis curiosidad miradla por otros medios, que a estos, de 9 euros no les viene... y los míos los dejé (¡cáspitas!) para poderos traer mi opinión. Así que un poco más respecto a la película: bonita música, pero semejante a los otros films, guión muy flojo lastrado por una batalla que parece fruto de un sueño de Antonio Resines en Los Serrano, ningún sentido de la épica o del amor y con la sensación de final emotivo para logro de sus fans. Sin duda, evidentemente, lo mejor es que ya no deberemos aguantar más a estos personajes y encima la cosa se ha alargado por aquello que desarrollaba al inicio del párrafo... Saltemos de alegría por haber acabado la metáfora sobre el amor machista. ¿Quién quiere un Edward Cullen en su vida? Espero que mi hija dentro de dos décadas no.

Nota: 2

Alain Garrido


P.D. Venga, traslademos la discordia a los redactores. ¿Qué opináis vosotros?


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1 comentario:

  1. Coincido con Alejandra y M. del Mar hay que respetar a aquellos que van al cine a pasar un rato divertido y nada más. A veces vas a pasar el rato y otras quieres algo más y vas a ver otro tipo de película. Podríamos crear un nuevo género de películas que aglutina a otros: el de "pasar un buen rato".

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