lunes, 5 de noviembre de 2012

'Skyfall', el Rosebud de Bond - El Enigma Rosebud, solución

Ni 30 minutos, y ya teníamos el Enigma Rosebud resuelto aquí en el blog y en las redes sociales. Debe ser porque era fácil y porque muchos de vosotros habéis visto la película en cuestión durante este largo fin de semana en los cines. Evidentemente, es Skyfall, el último título de la franquicia del agente 007. Los actores y sus relaciones con los Oscar eran Daniel Craig (nunca nominado, pero si Rooney Mara, su compañera en Millenium), Judi Dench (por su brevísimo y premiado papel en Shakespeare in love), Javier Bardem (primer actor español que ganó el Oscar por No es país para viejos), Albert Finney (cinco veces nominado, la última vez por Erin Brockovich), Ralph Fiennes (nominado por La lista de Schindler y El paciente inglés) y Ben Whishaw (nunca nominado, pero su papel en Bright Star era muy premiable en los Oscar). Tras la resolución, vayamos a analizar el que probablemente sea el mejor blockbuster del 2012.



Calles, coches, motos, tejados y trenes de Estambul. Por todos lados y medios empieza James Bond su particular juego del gato y el ratón. Una escena muy Bourne, como lo fueron el total de las dos entregas anteriores con Daniel Craig. El final de esa magnífica secuencia de apertura marca el fin de las influencias de la saga de Matt Damon y se adentra en el universo de Christopher Nolan, sobre todo, sus Batman, pero lo hace sin excederse. Y puede que Sam Mendes lo haga porque el director de Origen sea el próximo en coger las riendas de la saga. Y entre esa larga y espectacular escena inicial y todo el desarrollo del film, unos créditos que, por sí solos, se erigen como una pequeña obra de arte, multireferencial de la saga y con la magnífica canción interpretada por Adele.

Sam Mendes no parecía, a priori, el director más indicado para hacerse cargo de un título Bond y fuimos muchos de los amantes de la obra del director los que criticamos su dirección ¿Cómo el cineasta-creador de American Beauty, Camino a la perdición y Revolutionary Road iba a hacer una simple película de Bond? Otra de tantas veces que uno tiene que retractarse, quitarse el sombrero y aplaudir la inteligencia de un director que ha sabido insuflar originalidad, referencialidad y novedad a una saga que siempre ha tenido esa áurea de parecer de otra década pasada. Mendes lo borda en las escenas de acción, acierta plenamente en el pulso narrativo del film y presenta cuatro actos, a cada cual mejor, aunque, ese apoteósico final se lleva la palma.

Nunca antes habíamos sabido tanto de Bond, ni de M. Skyfall hurga en las heridas de ambos, sus debilidades, sus errores y, sobre todo, en la relación que a lo largo de los años se ha mantenido entre ellos. Una relación que evidencia el como esa ferviente ideología de protección del mundo ante la maldad, puede volverse en tu contra, que de la protección salga el monstruo. Bond siempre ha sido una máquina de matar, en principio para bien. ¿Pero y M? ¿Y todos los productos del MI6? De ahí, el villano de turno, un impecable Javier Bardem, majestuoso en su interpretación y criticado ¿por? No se entiende.


El último capítulo de 007, vuelve a constatar la gran elección de Daniel Craig como James Bond, Judi Dench tiene la oportunidad de lucirse y tiene su mayor (y mejor) participación a la saga y las incorporaciones de Ralph Fiennes (personaje dual hasta que tiene un desenlace previsible) y en Ben Whishaw son de alto nivel. Por otro lado, ver a Albert Finney siempre es un placer. Skyfall no es solo pólvora, Bardem, chicas y maestría de Mendes en lo formal, lo técnico y lo narrativo, también lo es en fotografía, magnífico trabajo del maestro Roger Deakins en todos los emplazamientos (ese Londres atormentado y destruido, la Xina exótica o la Escocia grisácea) y la excepcional música de Thomas Newman, alejado de su estilo, creando un compendio de partituras muy hanszimmerianas, pero con sello propio.

Skyfall. La caída del cielo. La caída de un imperio (el británico, el mundo Occidental tal y como lo conocemos o el de John Maynard Kane al que remite en su Rosebud particular). La caída de un héroe humano. Aunque luego, tras la tragedia shakesperiana, resurge. No hay vuelta de tuerca en la saga, solo luz ante algo que parecía de antaño. El cine contemporáneo es diferente, con reminiscencias clásicas, de la edad de oro de la televisión y con los nuevos autores del séptimo arte. El análisis llevaría párrafos y párrafos... Una historia caída, muerte y... ¿vuelta a lo mismo? Me da que sí. Estaremos atentos a la vigésima cuarta aventura de Bond.

PD: Y este Enigma Rosebud de plena actualidad, lo termino con ese tema de Adele que, esperemos, pueda aspirar al Oscar, pese a usar la melodía clásica de la saga

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