martes, 22 de noviembre de 2011

'Un dios salvaje', un Polanski demasiado teatral con un reparto magistral

Hay ciertos directores (pocos) que el estreno de su nueva película es un acontecimiento cinematográfico, si más no, una cita imprescindible para el cinéfilo. Unos porque un día fueron grandes (Woody Allen, Francis Ford Coppola, Ridley Scott, Robert Zemeckis), otros porque son grandes ahora (Terrence Malick, Paul Thomas Anderson, Pedro Almodóvar, David Fincher) y otros porque antes y ahora siguen dando bríos de gran cine (Martin Scorsese, Steven Spielberg, Clint Eastwood). Roman Polanski se situaría en este último grupo, un director capaz de todo: de filmar un magistral film noir con Chinatown y rodar una obra maestra tras varios fracasos, El pianista. Ahora llega con un nuevo reto, adaptar a la gran pantalla una de las obras de teatro más aclamadas de los últimos años, Carnage (Un dios salvaje de Yasmina Reza).


Roman Polanski juega a lo que le gusta: hacer cine. Esta vez sobre un texto escenográfico del que, parece ser, no cambia ni un ápice. Y ese es, probablemente, su mayor error, pese a que la puesta en escena es inmejorable, la narración de los acontecimientos tiene un ritmo sincopado y una estructura que parece una mera yuxtaposición de actos. Así y todo el relato cobra mucha fuerza y, en varios momentos, el film goza de unos in crescendo envidiados por la mayoría de comedias recientes.

A lo que me quiero referir con una puesta de escena inmejorable son dos cosas principalmente. La primera, el uso del espacio: un piso neoyorquino donde están dos matrimonios encerrados, en una conversación enzarzada por culpa de sus hijos; la ambientación es perfecta -aupado por una dirección artística y una fotografía excelentes- y el comedor se convierte en una jaula perfecta para estudiar la conducta humana y no para un hámster. El segundo es el juego de planos del cineasta: encuadres que dan más la sensación de opresión, de enjaulamiento y que llevan a los personajes a entrar por tercera vez en esa prisión.

La película, en base a su excelente guión, no quiere sermonear sobre la educación de los hijos ni el comportamiento social. Simplemente, se trata de una comedia negra e incisiva sobre los estereotipos sociales, las relaciones matrimoniales, la guerra de sexos, la hipocresía humana y las apariencias sociales. Sátira al estilo Allen neoyorquino y crítica burguesa salida del mismísimo Buñuel sustentada por unos diálogos frenéticos, milimétricos e inteligentes.


Ninguno de los temas es tratado de forma superficial, ni tampoco profundamente. Es que ninguna de las dos cosas es el objetivo: ni abarcar mucho ni contarlo todo. Esta sucesión y complementariedad de situaciones se dan con un tempo preciso, sin sobresaltos ni bajones; el conjunto está muy bien estructurado y ahí radica la grandeza del buen guión. Los personajes redondean el texto, unos sujetos con mucha garra que calarán hondo en el espectador.

La historia no sería lo mismo sin este excéntrico cuarteto protagonista y sin los cuatro actores de primera clase. Ellos dan una lección magistral, puesto que calibran a la perfección cual es la diferencia entre la sobreactuación y el histrionismo contenido. Todos ellos tienen sus momentos gloriosos, nunca cruzan la barrera del ridículo, en todas las ocasiones salen muy airosos, ya que su trabajo es de lo mejor que dará este 2011 a nivel actoral. Por cierto, ellos son la mejor actriz del momento, Kate Winslet, la grandísima Jodie Foster -algo desparecida y poco aprovechada desde hace una década-, el olvidado John C. Reilly -demuestra ser más de lo que le es reconocido- y el descubrimiento tardío de Christoph Waltz -y, por favor, escoge proyectos como estos no villanos en mosqueteros y elefantes por tu rol en Malditos Bastardos- .

Lo dicho, si hubiera justicia en los Oscar -que no la hay- , ya tendríamos a dos nominadas a mejor actriz y dos nominados a mejor actor. Porque pocos trabajos estarán a la altura de estos (de los que llevamos del año: José Coronado, Elena Anaya, el reparto de Nader y Simin, Saoirse Ronan, Kristen Wiig y pocos más habrán).

Un dios salvaje, no es ni mucho menos, de los mayores trabajos de Roman Polanski, tampoco una obra redonda, pero sí una de las películas más entretenidas y divertidas del año y, sobre todo, de las más inteligentes. Ahora bien, ¿cuánto de esto es mérito del maestro del séptimo arte y cuanto no? Ante todo, es de lo mejor que encontraréis actualmente en la cartelera.


Lo mejor: Parecerá demasiado obvio, pero su inmenso y entregadísimo reparto

Lo peor: Que Polanski no se deje llevar y este tan atado al original


Nota: 8


PD: La foto del inicio de la crítica es uno de los mejores planos del año

6 comentarios:

  1. Aún no he visto Un dios Salvaje y me muero de ganas, por lo que dices me puede encantar a parte, me encantan los protagonistas.
    Por cierto muy buenas tus criticas.

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  2. ¡Muchas gracias Xavier!

    Es una película que creo que no defraudará a nadie, es muy entretenida y encima de gran calidad. Espeor que te guste, ya nos dirás que tal te ha parecido.

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  3. Estoy muy de acuerdo contigo.
    Personalmente me esperaba más, pero eso no es culpa de la película, tan solo de mis expectativas al apellida Polanski.

    La película me pareció una sátira divertida. No abandona su aire teatral en ningún momento y lo mejor son, sin duda, las actuaciones y el guión, que no deja de ser mérito de Yasmina Reza desde un buen principio, creando la historia y posteriormente colaborando a adaptarla a la gran pantalla.

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  4. Grandísima película! Estoy de acuerdo con vosotros en que, evidentemente, parte del mérito se lo lleva Yasmina Reza, pero aunque durante todo el rato me dio la impresión de que estaba en un teatro, creo que Polanski ha sabido darle el toque perfecto (esos primerísimos primeros planos) para convertir una gran obra de teatro en una gran obra del séptimo arte. El cuarteto, por supuesto, insuperable, y sí, tendrían que estar nominados los cuatro.

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  5. Me gustó la película,aunque a veces me resultaba claustrofóbica entre esas 4 paredes, me sobró tanta sobreactuación al final.
    Lo más inesperado la vomitada central. Abstenerse de verla los que comen palomitas.

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  6. La película me gustó y creo que los actores están realmente bien sobre todo Jodie Foster. Pero como hace relativamente poco que había visto la obra de teatro "Un dèu salvatge" en la que los actores también estaban sobresalientes y me acordaba perfectamente de las sorpresas, pues no me entusiasmó tanto como esperaba.

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